6/8/09

Soñar


Hay personas que creen que no tengo sueños porque no comparto, como si fuese un libro abierto, cada imagen surrealista que al día siguiente protagoniza mi noche.

Lo cierto es que hay quienes expresan sin ningún tipo de tapujo sus fantasias, sus deseos, y sus ambiciones. A decir verdad sí creo que lo hago. No podría ponerme a contar la cantidad de veces que dejado entrever mi amor desamor con Madrid. Empecé con 16 años a pensar que no saldría de mi casa hasta los 30. Me marché dos años. Y a partir entonces empecé a moverme en mi cabeza de un sitio para otro.

A dos semanas de volver de Inglaterra me planteé la posibilidad de quedarme allí un año y dejar aparcados mis estudios. No lo proclamé pero lo soñé repetidas veces.

Quise cambiar Mérida por Valladolid y entre medias se cruzó Valencia. Creo que fue la única meta que se transformó en realidad, después de todo era la más accesible.

Una vez allí titubeé entre Barcelona y Madrid. Incansable e incesante siempre dos meses antes de terminar el curso me volvía loca mirado pisos y buscando trabajo. Pero como todo y tanto, mis principios no tienen siempre un final, y cómo no, lo que comienzo nunca lo acabo porque a los 5minutos he apostado mi sueño a un caballo que no es el ganador.

Este año me pasó lo mismo. Madrid Madrid y más Madrid. Mi segunda opción era quedarme en Valencia. He pasado un año tan bueno allí, que sinceramente acostumbrarse a una bici, la playa y el café de cada tarde, es algo difícil de abandonar. Aun así me empecigué, acabé mis asignaturas y soñe despierta un mes y medio con ir al templo de Debod cada mañana.

Mi no realidad se fundamenta siempre en que no digo nada porque sé que detrás de cada fantasia de cuento adolescente van a estar mis padres diciéndome que dónde voy yo con mi trabajo basura a vivir en un Madrid. Tienen razón. Si empiezo una cosa lo acabo y después ya veré si quiero comenzar o retomar.

Para mí, mi amor desamor con Madrid es más... algo que retomar, nunca he tenido una casa a la que volver con el cariño que uno vuelve a su pueblo en verano y monta en bici cual verano azul. Madrid es lo más parecido a la casa que quiero volver.

Sé de sobra que cuánto antes acabe lo que empecé hace tres años, antes podré comenzar algo de nuevo. Pero es que soy impaciente. Y soñadora. Me gusta maltratarme pensando que quizás mañana pueda ir con Laura al zoo, y llevar a mi prima al parque de atracciones.

Seré más opaca que las paredes, pero sí tengo sueños, y a veces los comparto.


1 comentario:

el chiquillo muelles dijo...

he visto un comentario tuyo en el blog mimadreesidiota y me ha llamado la atención. viendo tu perfil he visto que tienes o por lo menos estudiaste mi misma profesión. (paso todos mis dias delante de un ordenador con catia y unigraphics....). bonito blog, bonitas imágenes. empezaré a seguirlo. Un saludo!