24/6/10

Hey, and I’m following the signs of the road


El olor del nervio es un olor muy particular. Lo conozco. Es un olor a orgullo que arremete contra la pereza más desgastada. Con ese matiz particular de contrariar a la propia laviana, incluso a los propios sentimientos.


Pero también huele a sentimiento, claro que sí. Desprende emoción por cada poro sudoroso de sensaciones. Es querer revelar tu propia confianza frente al tiempo que corre con ventaja. Excitarse con la llegada. Es tener un orgarmo que no llega y cerrar los ojos con fuerza. Morderse los labios, desgastarlos hasta...hasta que no te queden fuerza

Y llegas.

Llegas al punto en el que ves que el ruido no cesa, y cómo aun el estómago te da vueltas. Cuando estás ahí sientes la rabia y extiendes tu parte más autómata de "seguir dando pasos".

Me he dado cuenta de que ser humano es dejarse llevar por las emociones para acallar los propios propósitos, y que, cuando terminas un propósito simplemente has de buscar uno nuevo. Y todo vuelve a empezar. Y un día, huele a nervios de repente, sinestesia de olores a nuevas sensaciones.

Anni B Sweet – Motorway

3 comentarios:

Talk Tonight dijo...

Todos nos movemos por ilusiones... siempre hay que encontrar una nueva para avanzar, pero hasta el punto de ¿acallar los propósitos con emociones?...

Mio y sus cosas dijo...

pintamonadas monadas pinta

Raymunde dijo...

No sé yo si dejarse guiar nada más que por los sentimientos es el camino. Lo hice (y lo hice hasta el fondo) y aún me estoy recuperando. Un poquito de razón no daña. Creo yo.