21/1/09

aquello


Aquí me hayo. Envuelta en humo. Acompañada por un vaso de leche, y alguna que otra frase tipo "deberia haber...". Miguel me mira de reojo mientras pasa las hojas de sus apuntes, y una carpeta morada que me recuerda que un día hace dos años también tuve que lidiar con lineas, tangencias y puntos de cota.
Antes tenía más seguridad. Cogí con fuerza el primer año. Me ponía el listón por encima de mi cabeza, tanto, que a veces me subía por encima de mis espectativas, y otras veces, saltaba como si me fuese la vida en ello. Ahora es distinto.
Llego tiempo planeando cómo acabar. Con una mezcla de ansia y angustia que me alimenta. Alimenta un poco mas mis ambiciones y frena un poco más mis impulsos. Algo así como un equilibrio perfecto. Una antonimia un tanto bipolar. Extraña y sincera.
Y de sinceridad precisamente hablo cuando no se refrenar mis impulsos. Cuando veo que me parezco a lo que más criticaba, y que ciegametne creía, me diferenciaba de mi hermano; el no dejar nada para el último momento. Vivir de prioridades, dejar el reir para otro momento.
Aunque suene a reproche contra uno mismo, no lo es. Lo cierto es que estoy contenta. He descubierto que también hay qcosas que alimentan espectativas, que no es siempre la misma canción que entre folios de una carpeta morada, te alumbran entre humo y un vaso de leche dia tras día, y noche tras noche.
Ahora todo es mas sosegado. Porque todo cambía. Igual que cambio de la A a la Z en solo seis espacios

1 comentario:

none dijo...

Realmente entiendo lo que dices, es una sensación extraña que cuesta de expresar, pero, al fin, una sensación más.

Es genial tu blog,
saludos.