9/2/09

Ese día...


...hacía frio, pero a mi me daba igual. No era ni verano, ni tampoco primavera. Las estaciones se habían aliado de tal manera, que el sol tras los cristales me calmaba. Sin embargo al tocar la ventana con la yema de mis dedos, podía sentir que el invierno se acercaba. Lentamente.Los viajes en autobus suelen ser cálidos y calmados. Hallo una perfecta sintonia entre el asiento y el cristal. Me recuesto y enseguida encuento el sueño.Aquel día, no pude dormir. Entre otras cosas tuve que lidiar con una pasajera algo habladora. En su intento de halagarme, me dijo que parecía que tenía 15años, como el amor de juventud. Rectificó, y me dijo: "tu edad mental es distinta".Continuó explicandome que me parecia a la ex novia de su hijo, Cristina, una chica habladora y algo artista. Me sorprenden las comparaciones, son tan subjetivas como elocuentes. Y aunque a veces suenan disparatadas, siempre hay un punto de conexión que no sabes bien si lo has buscado adrede, o es que realmente existe como tal.Al llegar a la estación sentí una especie de alivio, aunque aun me quedaba por explicarle las dichosas líneas de metro que nunca me aprendo. Un lio de colores en torno a paradas de madrid. Me preguntó mil veces, se lo repetí, y aún así, le acompañé. Soy tan asín que a veces no sé muy bien como desentenderme.Corrí con la maleta. Tenía razón, hacía frío. Pero más bien era una sensación.Me encaminé, me miraba los pies, y en una sala rodeada de gente, ví mil caras pasar. Una tras otra. No reconocia ninguna. Y me sentía demasiado pequeña. Me apartaba, me giraba. Me coloqué en un rincón. Volví al pasillo, retrocedí. Pensé que quizás, por una vez en mi vida, había llegado antes de tiempo.Esperé, y entre titubeos saqué el movil. Lo miro, lo cojo, lo guardo y lo vuelvo a mirar. Contesto. ¿Sí? Ya te veo... Y ese día hacía frío, pero a mi me daba igual.

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