8/3/09

Y es que...


La mayoría de las personas soñamos con escribir un gran relato. Y casi siempre empezamos improvisando sobre la marcha, intentando quien sabe, acertar con cada palabra que viene detrás de la última.

Soñamos con ser un libro abierto de par en par. Que tiene las hojas marcadas en las esquinas, con párrafos subrayados, con citas memorables y algún que otro capítulo favorito en la cabeza de un asiduo lector.

Deseamos escribir un libro que sea como el que guardamos con recelo en la mesilla, que, con el paso del tiempo, se abre espontáneamente de tantas veces que lo has releido.


Si, la mayoria de nosotros ansiamos empezar una historia que no puedas dejar de leer desde la primera frase, que sea, como una de esas vivencias que te atrapan desde el comienzo, con imágenes, sueños, escenas que creas en tu cabeza y que, de alguna manera, sabes cómo montar imaginariamente. Sabes como son los personajes, como se comportan, como esbozan una sonrisa, como murmuran un pensamiento, y sabes lo que nadie sabe mientras observas línea tras línea en el transcurso de los párrafos.


El problema de nuestras historias no se halla en el comienzo, ni en el final inesperado. Hay quienes tienen una gran vida por contar, llena de experiencias que se marcan perfectas como un círculo cerrado. Sólo tienen que saber componer vivencias de forma que tú, que ahora lees esto, puedas o no marcar las hojas, releer un capítulo. Soñar. Componer imágenes. Recordar las líneas de un texto, e improvisar, como la mayoría de las personas, que eres uno más de esos que sueñan con escribir un gran relato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una más... :)